Cuando la proa dorada del otoño
del cálido horizonte de verano se aleja
en las gélidas tinieblas del invierno
mis sueños oscurecen sus quimeras.
Pero no mueren, aletargan sus duelos
y cuando el alba de naciente primavera
anuncia gotas de perfumes y gorjeos,
mi corazón con esperanzas juega.