En el año 2010, Año del Bicentenario, escribí un cuento para un concurso, sobre uno de los granaderos caído en el combate de San Lorenzo.
Pocos saben que entre los muertos de ese 3 de febrero de 1813, había un francés, Sargento, que había pasado a la historia como Domingo Porteau. Tuve la suerte de que ese cuento salió premiado. Y por esas cosas de la vida gustó en la gente y fue replicado en las redes. Un buen día, un amigo me dice que a su blog llegó un francés que le preguntó quién era el autor de ese cuento. Mi amigo, al conocer que era yo el autor, me puso en contacto con el galo. Se llama Pascal Chastin. El francés, que manejaba muy bien el castellano, me contó que vivía en un pequeño pueblo en los Pirineosfranceses , llamado Labarté Riviere , cerca de Saint Godens. Y que cerca de su casa hay un “pasaje” (allée en francés), una pequeña calle, llamada “Dominique Pourtau. Y que en uno de sus extremos había una placa de mármol que, en francés, nombraba al combate de San Lorenzo y al General San Martín. Menos mal que estaba sentado porque casi me fui al piso.
Empezamos a armar la historia alrededor de la placa y a ese Granadero caído en San Lorenzo. Luego de una investigación transoceánica, pudimos corroborar, y descubrir ciertos datos. Comparamos información, hicimos hallazgos novedosos. Ahí descubrimos que el Sargento muerto en San Lorenzo no era Domingo Porteau –como decía la historia argentina-, sino que se llamó Dominique Pourtau. Descubrimos su fecha de nacimiento, desconocida hasta entonces, e incluso el lugar exacto de donde nació. Y aunque sea difícil de creer, de qué trabajaba su familia: tenían ovejas, eran tejedores.
Roberto Biraghi en su libro “El país de las batatas”, dice que Dominique vino a Sudamérica, invitado por su tío Juan (suponemos Jean) Pourtau , a trabajar con él en un negocio de carretas. Cómo y por qué se unió al Regimiento de Granaderos a Caballo lo desconocemos. Pero al morir en el combate tenía el empleo de Sargento, lo que nos hace suponer que tenía experiencia previa, y grado militar conseguido previo a su ingreso al Regimiento de Granaderos a Caballo.
Esas cosas fortuitas que a veces nos depara la vida, hizo que un cuento tirado a los vientos de las redes sociales, nos devolviera la verdadera identidad de aquel francés que vino de allende los mares, a dar la vida por nuestra libertad e independencia.
* Granadero reservista. Miembro de la Asociación de Granaderos reservistas. Artículo publicado en “Memorias curiosas argentinas”.
** Se ha respetado la ortografía y sintaxis del autor.
Publicado en la revista nº 15 – Editorial Brujas. Córdoba. Argentina.