Escribimos este editorial en un momento complicado. Unos días después del fallido atentado contra la Vicepresidenta, que provocó un repudio general, al que adherimos, aunque hechos posteriores dieron lugar a interpretaciones y opiniones diversas como señalaremos de inmediato, que pueden modificar los alcances de la condena. Entre ellas asume singular importancia el análisis de Lana Montalban, quien sostiene que “es un auto-atentado”. “Lo sostengo –dice– hasta que se demuestre lo contrario”. Y enumera 19 razones en las que basa su conclusión. En la primera, indica: “Con 100 custodios, pagados por la ciudadanía, ninguno actúa profesionalmente”. Luego dice: “Ella sonríe (…) Cero stress (…) ‘el plan va bien’…
No obstante lo convincente del análisis, persisten por lo menos dos convicciones generalizadas, la nuestra entre ellas: el intento de magnicidio realmente existió y en consecuencia es justo el repudio al hecho que hubiera significado un desastre en todo sentido; sin embargo, ello no “desincrimina” a CFK, no implica su inocencia, por más que el oficialismo se esfuerce en hacerlo aparecer así.
El motivo de estas consideraciones es mostrar el carácter necesariamente provisional de las apreciaciones que se formulan en estas cuartillas, pues es muy probable que cuando ellas se publiquen, muchas hayan perdido actualidad, o se hayan resuelto de una u otra manera, quizá muy distinta de lo que venimos conjeturando.
Por de pronto, recientemente han ocurrido acontecimientos y se ha producido cierta información que influyen poderosamente en la interpretación de las circunstancias que nos ocupan, como el inesperado triunfo de Juntos por el Cambio en las elecciones comunales de Marcos Juárez, y los datos sobre la personalidad de Fernando Andrés Sabag Montiel.
Pero las novedades que hacen cada vez más provisionales estas notas, no se detienen ahí. Según encuestas el intento de magnicidio no ha movido un voto en la intención de la ciudadanía; la esperanza oficialista en ese sentido ha fracasado. Por otra parte, el domingo 18 de setiembre se conocieron declaraciones según las cuales el atentado estaba dispuesto para una semana posterior “y este p. (Sabag Montiel) y su novia, se adelantaron y malograron la operación”.
En fin, consideramos innecesario insistir sobre los numerosos motivos que hacen a la precariedad de lo que hemos señalado. Con esa tesitura, dejamos estas reflexiones en la versada consideración del lector.