La tarde era calurosa y húmeda, agobiante. Si bien estaba acostumbrado a estas características del tiempo por ser habituales en los veranos de la ciudad de Santa Fe, ese día de mediados de enero lo afectaba más que nunca, sea porque las mediciones meteorológicas eran más elevadas que lo habitual, o por su estado de ansiedad, provocado por la espera de un llamado que confirmara la noticia...