SOS ARGENTINA SOS

S

Nave hemisferio sur, paralelo, debajo línea de pobreza y meridiano fuera línea ética. Abertura casco; inclinación 35°.
Urge corregir avería y rumbo. Convocatoria a responsables. SOS.
Seguramente que los políticos en ejercicio de la representación popular y en defensa de los derechos e intereses de todos los habitantes, para el progreso de la nación a la cual sirven con sacrificio, esfuerzo y desinterés, al punto de dejar los cargos con sus  propios patrimonios desmejorados, han diagramado la estructura estatal de nación, provincias y municipios con esquemas, puestos, dotaciones y presupuestos que exceden ampliamente a los de los pueblos más avanzados del planeta, entre los que podríamos estar, por riqueza natural y humana. Empero, como nuestra honestidad, virtudes cívicas y entusiasta participación en la cosa pública, ha sido defraudada por la fatalidad y malignidad de factores externos, no por vicios propios, hemos de analizar si temporariamente, hasta que recuperemos el tiempo perdido, sería conveniente corregir el esquema de todos los poderes, eliminando cargos, empleos públicos, áreas sustituibles por las ya existentes, gastos operativos, presupuestos y publicidades innecesarias, al menos hasta que nos reencaucemos y podamos alcanzar el estado de bienestar y progreso en que los gobernantes de hoy y anteriores creen estar.
Muy bien estaría tener defensorías de todo lo imaginable, si los hipotéticos defendidos no estuvieran ya en la pobreza y la  desocupación, ni impedidos hasta de trasladarse para ir a la consulta. Si tenemos Ministerios de salud, educación, justicia, paz y  orden interior; de trabajo, seguridad, defensa, bienestar o acción social, que son conceptos abarcativos de las necesidades  esenciales de la comunidad toda, puede postergarse la existencia y funcionamiento de otros aparatos estatales ultraespecíficos o  inespecíficos: los que ya están comprendidos por los Ministerios esenciales, y aquellos a los cuales no se les ha asignado misión y  funciones. Por ejemplo los destinados a niños, niñas y adolescentes (con decir niñez y juventud bastaba), a mujeres (los ministros y  funcionarios trabajan para toda la comunidad, sin distinción de sexo, discriminación que hacen precisamente quienes dicen  atender a las mujeres en particular), los afiliados a obras sociales o servicios asistenciales prepagos (quienes ya tienen  asesoramientos y defensas en los sindicatos del ámbito laboral al que pertenecieran y de las secretarías de comercio provinciales y  nacional), los integrantes de la llamada tercera edad o clase pasiva (que debieran incorporarse a los Directorios de las  respectivas cajas previsionales, para mejor control de los fondos de su pertenencia y asegurar la incolumidad de sus haberes de  retiro). Hay también dependencias estatales que pueden ser apropiadas para países con partido y pensamiento oficial únicos, pero  que aquí por ahora pueden esperar, mientras no caigamos en esa realidad socio-política que ansían muchos dirigentes  desde antaño; verbigracia la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. Demás está decir que el  profundo estudio que están haciendo para encontrarle objetivo de existencia a las áreas que aún no lo tienen, también pueden ahondarse durante unas décadas y mientras tanto cerrar esos grifos del gasto público.
Provisoriamente, al menos hasta que recuperemos condiciones de solvencia y prosperidad en magnitud suficiente para permitirnos el argentinísimo gusto de gozar de los desatinos, el país puede prescindir de asesores, promotores, defensores,  coordinadores, consultores, propagandistas, con sus respectivos equipos y sedes edilicias funcionales o de solaz; del mismo modo  resignarse a privarlos de choferes, vehículos oficiales, custodios personales, etcétera.
No es cuestión de dejar a nadie sin trabajo, puesto que dotándolos de pala se les puede ofrecer intervenir en obras públicas y, con  los cuantiosos fondos recuperados, activar la construcción de viviendas obreras. Dos propuestas donde está implícita la  dinamización de la industria de la construcción. La posibilidad, que por la gravedad de la actual crisis entendemos como urgente  necesidad, abarca a los legisladores nacionales y provinciales, que si están capacitados para serlo no requieren asesores, al menos  no que sean permanentes; y a los jueces –siempre provisoriamente, por ahora, para que no cunda el pánico de casta–, que pueden  prescindir de ordenanzas cafeteros estilo medioevo, choferes al modo francés, aseo oficial y mantenimiento de sus  vehículos particulares, custodios preventivos, etcétera. La integridad y fortaleza moral de los magistrados de la República, nacionales y provinciales, impone modestia, vida austera, sacrificio y coraje, se sabe –y debe darse por supuesto– que la función es  de alto riesgo. Asumirla o no es voluntario. Los concejales municipales, cualquiera sea la importancia de la ciudad, su ejido y  población, son servidores de los vecinos, con vocación de ocuparse de sus necesidades e intereses en la conveniencia urbana, no  están para desarrollar sus carreras políticas personales; por lo tanto entendemos que, siempre por un tiempo suficiente para que el  país se recupere, deberían desempeñarse ad honorem, cargos y responsabilidades no remunerados, salvo algún viático  discreto; no es una ocurrencia trasnochada de argentino afligido, sino que es práctica ya consolidada en muchos países de  avanzada, donde también se ha optado por intendencias gerenciadas por contrato, con designación, evaluación de desempeño y  destitución  del gerente, por parte del Concejo Deliberante.
Dicho sea de paso, por la importancia institucional que tiene, Concejo Deliberante se escribe con c porque en el ámbito municipal  deriva de concilium, conciliación de opiniones e intereses que puedan ser divergentes sobre vida vecinal urbana, buscando  mejorar su calidad, seguridad y salubridad. No con s como corresponde a los Consejos que asisten, asesoran, dan consejos. Por lo  cual, siempre temporariamente al menos –ya se verá si conviene o no hacerlo definitivo– se puede dejar de lado homenajes,  celebraciones, sesiones de florida o torpe oratoria, discusiones estériles, pugilatos físicos o verbales, ya que nada de eso hace a la  tarea propia de los ediles. El ciudadano con vocación de servicio para ello, así como concurre al partido político o asamblea barrial  determinados días a la semana, sin abandonar ni descuidar su ocupación laboral, empresaria o profesional, ni a su familia, puede  actuar también gratuitamente como edil. Demás está decir que necesita aun menos que los legisladores, del auxilio de asesores,  punteros, secretarios y varios empleados, automóviles oficiales y conductores pagos. Las sugerencias que formulamos podrían  aplicarse a la realidad como mínimo hasta alcanzar el décimo lugar que la Argentina ocupaba en el concierto de las naciones a principio de la centuria pasada, durante cuyo transcurso no nos privamos de ninguno de nuestros hábitos, en orden a la anomia, la  transgresión, el latrocinio, el fomento del ocio, la irresponsabilidad de gobernantes y de los gobernados que cada tanto  los  premian volviéndolos a votar.
Adviértase que el actual presidente, en ejercicio de su poder compartido y sin empacho proclamado como tal, duplicó el número  de Ministerios del Ejecutivo Nacional, por la necesidad de dar ubicación de primerísimo nivel al sector que responde a la  vicepresidente, por lo cual necesitaba que la cantidad de cargos fuera el doble de los existentes, que ya eran demasiados, porque  de lo contrario no quedaban lugares para los propuestos por él mismo.
En conclusión, se propone que por un tiempo moderado –cuanto más largo mejor, y si es para siempre excelente–, probemos con  la racionalidad, el sentido común, la ética, el trabajo, el estudio, la solidaridad, la moderación, la austeridad y el patriotismo. La  nave argentina se va a pique, y quienes horadaron su casco y empuñan su timón tienen que reparar la avería con habilidad y  destreza prontamente, de lo contrario el hundimiento será también su triste final, no sólo el de los pasajeros angustiados en  cubierta.

Víctor Miguel Cemborain

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Abogado y Escribano por la Universidad Nacional de Córdoba - Larga y eficaz fue su labor profesional, ya que ejerció la abogacía en forma particular, fue Letrado de la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos y finalmente llegó a ejercer la Magistratura por concurso, siendo el primero en orden de mérito, ejerciendo como Juez Civil y Comercial en la ciudad de Bell Ville durante 14 años.