ISRAEL Vs PALESTINA – PALESTINA Vs ISRAEL y van….

I

Aunque exista una historia-leyenda milenaria por detrás, cabe iniciar la reflexión a mediados del siglo pasado con la creación del Estado de Israel.

La barbarie del holocausto nazi, puede haber obnubilado los sentidos, generado cargos de consciencia y seguramente ninguno de los políticos participantes en el proceso, pensó en lo mal que estaban haciendo las cosas, asignándole  a los israelíes un pedazo de desierto administrado por el Reino Unido, que le había sido encomendado por la Sociedad de las Naciones, a un pueblo sufriente y errante, para que pudiera comenzar a vivir como nación y sin tener en cuenta que, había ya otro pueblo tribal, el palestino, viviendo en la misma área, quitándoles territorio, dejándolos a su suerte bajo la ley del más fuerte, generándose como consecuencia de ello, más de 750 mil expulsiones de palestinos. Con un reparto de tierras que no atendía a la proporción de habitantes de cada pueblo, otorgándole más territorio por habitante a Israel.

Hay también, un hecho prácticamente olvidado y que es necesario recordar, al diplomático sueco Folke Bernardotte, de destacada actuación en la liberación de prisioneros de los campos de concentración alemanes.

Luego, entre 1947/48, designado por la recién creada ONU, le tocó actuar como un entusiasta mediador entre árabes e israelíes y terminó asesinado por terroristas israelíes en Jerusalén. Así le agradecieron sus victimarios su noble labor pasada y la que estaba realizando. Ya estaban mostrando formas.

De tal manera que, el conflicto se inició como resultado de una mezcla de ineptitud, falta de previsión de futuro, no prestar atención a las leyes internacionales y posiblemente, desinterés por parte de muchos de los políticos del momento. Compensar con algo al pueblo de Israel por todo lo que había sufrido y cerrar el tema.

Así, se juntaron dos pueblos hermanos, repartidos en diversas tribus, pero…. divididos por la religión, con una importante parte de ambas poblaciones aferradas a un sentido fanático y mesiánico de la vida, estancados en conceptos absolutos e intransigentes que, llevados al plano de la política, generan las circunstancias para las acciones incendiarias hoy llamadas con más propiedad terrorismo.

Por una parte, la creencia de algunos practicantes judíos de que son el “pueblo elegido”, un principio religioso ajeno al derecho, un sentimiento supremacista de quienes integran ese grupo recalcitrante que les hace sentir con derecho a todo.

Por el otro lado, siendo el Corán, de libre interpretación, ha llevado a algunos lunáticos antojadizos de la sociedad árabe, a sentar las bases para el odio mutuo que, se expresa irracionalmente en forma terrorismo.

En ambos casos, aunque importante en número, son una minoría de ambas sociedades.

Israel, ya reconocida como nación, se convirtió en un estado democrático y progresista, pero además expansionista y llegados a la actualidad, hay un pueblo palestino que vive hacinado por la pérdida de territorios, oprimido desde fuera por Israel y desde dentro por su propia dirigencia corrupta y los despreciables terroristas de Hamás, de tal manera que, las guerras se suceden sin solución de continuidad.

Cada enfrentamiento como el actual, se lleva la vida de miles de civiles, los terroristas de Hamás no discriminan nada ni a nadie, e Israel, también bombardea de forma indiscriminada, para “matar terroristas” dicen. Cabe la pregunta si los miles de niños palestinos, muertos y amputados, también son terroristas. O lo que, cínicamente llaman daños colaterales. El 70% de los muertos palestinos son mujeres y niños y ante esta masacre de civiles, hay medios periodísticos israelíes (Haaretz, +972 Magazine y Local Call) que consideran que se están siguiendo órdenes de Netanhahu y esta barbarie será generadora de odio e incitadora de revancha por parte de los familiares de las víctimas palestinas.

En este punto, cabe otro inciso y es que cualquier crítica, para los fanáticos de Israel, desde su visión absolutista, lo consideran un hecho racista y adoptan el papel de víctimas.

La inmensa mayoría de muertos los pone Palestina, convirtiéndolos así, en un pueblo sin esperanzas en su futuro, algo que Israel, en este momento el actor más fuerte desde el punto de vista militar, no parece llegar a comprender y piensa que lo va a solucionar con bombazos indiscriminados, en los que todos los palestinos son tratados como terroristas.

Nada menos que Israel, está generando la diáspora palestina, con 5,9 millones de refugiados gestionados por la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo – United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East), creada el 8 de diciembre de 1949, con 58 campos de refugiados y sobra hablar de las condiciones de vida indigna en que viven esas personas.

El terrorismo ya se sabe que no tiene límites, pero cuando un estado de derecho lo practica, tiene consecuencias funestas y algo sabemos de eso en la Argentina, donde asesinos mataban a asesinos. Arrojar bombas en hospitales y escuelas no es la acción de militares profesionales, sino más bien de asesinos, por mucho que se diga que los despreciables terroristas de Hamás se refugian ahí, algo que, al momento de escribir este artículo, aún no hay pruebas fehacientes. No se permite la entrada al periodismo independiente, solo algunos medios afines al Israel belicista.

Además, no se debe olvidar que Hamás nació en 1987, financiado por Israel, que lo hizo para dividir el frente interno de los palestinos, tratando de debilitar a la Autoridad Nacional Palestina. Procedimiento marrullero, del que ahora se ven las consecuencias.

Por otra parte, se ve a Israel, supuesto estado de derecho, recurrir en queja al foro de las ONU, cuyos mandatos precisamente acostumbran a no cumplir y cuando su secretario general Antonio Guterres en una postura equidistante les señala sus incorrecciones, que vienen de lejos, el embajador de Israel ante dicho organismo, adopta una posición mezcla de ira, soberbia y victimismo, considerándose los dueños de la verdad absoluta y declarándole “persona no grata”, cuando en esta historia nadie es inocente. Además, los bombardeos indiscriminados se han llevado más de cien vidas de personal de ONU.

El gran artífice para la paz fue Isaac Rabin, que logró hace 30 años sentar a un astuto y poco creíble Arafat en la mesa de negociaciones en el proceso de Oslo que llevó a la firma de los acuerdos, el 13 de septiembre de 1993 en los jardines de la Casa Blanca, creando esperanzas, pero inmediatamente surgieron las voces opositoras dentro de los recalcitrantes de Israel, tildándolo de traidor por ceder territorios que no les pertenecen. ¿Y quién fue el joven “valor” político que encabezaba estas manifestaciones? Nada menos de Benjamín Netanyahu, persona sin escrúpulos, cercado hoy por la justicia frente a serios casos de corrupción, siendo además un aliado de los partidos de ultra derecha totalitaria. Esta última guerra le está viniendo muy bien para distraer la atención frente a sus causas judiciales abiertas. Hasta intentó modificar el organigrama judicial para tratar de escapar de las referidas causas que tiene pendientes con la justicia.

Netanyahu alentó la discordia que llevó a Yigal Amir a apretar el gatillo para destruir la idea de que israelíes y palestinos pudieran vivir en paz.

Estos ultras que ni trabajan, ni van a la guerra, porque ellos, según dicen, están para luchar a través de la oración y el estudio de la Torah, además no pueden ir a la guerra porque tienen que respetar el Sabah. Textuales palabras de un par de sus miembros, los “autoelegidos” del pueblo elegido, sin que se les caiga la cara de vergüenza y lo más grave, que son actores importantes en los destinos del pueblo de Israel.

No obstante, no se puede simplificar con aquello de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, no pareciera que la sociedad israelí mereciera ser gobernada por fanáticos, en donde colonos ocupan territorios palestinos de la Cisjordania, creando colonias a sangre y fuego, fuerzas irregulares que matan sin piedad a palestinos desarmados, en presencia de tropas israelíes impasibles y sin comentarios del gobierno israelí que así se convierte en cómplice de esta barbarie.

Los territorios ocupados, en clara política de anexión, están sujetos a derecho internacional (IV Convenio de Ginebra -1949-, arts. 27 a 34 y 47 a 78), que Israel, desde luego no respeta (*).

Tampoco el pueblo palestino merece ser gobernado por terroristas y autoridades cuyo mandato está más que caducado.

De tal manera que en ambos casos hay serias irregularidades para que se les pueda considerar estados de derecho con todas las formalidades del caso.

Hay en las antípodas otro pueblo de Israel, como el que encarna el mundialmente afamado director e intérprete (argentino-hispano-israelí) Daniel Barenboim, creador de la orquesta West-Eastern Divan con sede en Sevilla, integrada por músicos israelíes y palestinos y otro pueblo palestino alejado del terrorismo como el que encarnó en su momento el cofundador de la mencionada orquesta, Edward Said, académico nacido en Palestina y fallecido en Nueva York. Además de todos los integrantes de la orquesta que llevan el virtuosismo de sus interpretaciones por el mundo.

Ambos pensaron en unir a ambos pueblos a través de la música y su obra sigue adelante más allá de los actos terroristas y de odio.

Otro mundo es posible frente a los que niegan la existencia del estado de Israel y a los que

reivindican un sionismo religioso nacionalista, cargado de mesianismo y que ven en la izquierda laica de Israel o a cualquier dirigente dispuesto a respetar el derecho internacional frente a los palestinos, devolviendo sus tierras a cambio de paz, siguiendo el pensamiento de Rabin, como algo inaceptable para la concreción de la profecía divina para el “pueblo elegido”.

Resulta un problema preocupante para Israel que este sector sionista religioso, representa el 18% de su población, que siguen las prédicas de algunos rabinos fanáticos en la Cisjordania ocupada, con portación de armas, como si eso fuese el lejano oeste en pleno s XXI y dentro de lo que se pretende considerar un estado de derecho, como ya se dijo, pero donde se mata a sangre fría.

Problemas serios en el ejercicio de la democracia los hay por parte de Israel, que elige sus gobiernos de mayoría belicista y por el lado palestino, que tuvo sus últimas elecciones democráticas en el año 2005 y peor aún en la franja de Gaza donde impera la dictadura de grupo terrorista Hamás desde el año 2006.

Inicialmente, frente a esta última etapa del conflicto, la postura de la Unión Europea (UE) se vio seriamente comprometida por la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula Von der Leyen, al dar su apoyo “incondicional” a Israel, metiéndose en un tema que no concierne a su cargo y esto se explica en que Alemania es prisionera de su pasado, llevando una pesada mochila, no actuando de manera objetiva, por temor a ser tildados de racistas.

No obstante, fue la persona indicada, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien rápidamente puso las cosas en su sitio, apelando al respeto del derecho internacional humanitario ante las acciones indiscriminadas de Israel, bombardeando hospitales y escuelas, obligando a la población a desplazarse, dejándola sin agua, luz ni alimentos. Todas acciones contrarias al derecho internacional mencionado anteriormente. Auténtico terrorismo de estado y genocidio.

El gobierno español siguió en consonancia con la postura de Borrell y en apoyo a la existencia de dos estados, Israel y Palestina.

Asimismo, el presidente Sánchez, en ejercicio de la presidencia rotatoria de la UE, junto al primer ministro belga, visitó ambos estados y le expresó frente a frente a Netanyahu, la necesidad de la existencia de dos estados, el derecho de Israel a defenderse de los ataques de Hamás, pero dentro del derecho internacional, lo que no debe implicar la muerte de civiles inocentes y miles de niños, calificándolo como “insoportable”. Lo que generó el enfado de Israel, que apeló al conflicto diplomático, porque como ya se dijo, se consideran infalibles.

Hay que destacar que, Europa nunca ha querido ser actor fundamental en aportar soluciones a este conflicto, adoptando un perfil muy bajo, porque consideró que la potencia estadounidense era la única con capacidad de encausar el camino de la civilización, cosa para la que tampoco resulta un actor fiable dada su falta de objetividad e intereses de otro tipo, su actitud condescendiente hacia Israel, demostrada a lo largo de los años y distintos gobiernos, con escasa o nula seriedad en sus actuaciones, arrastrando los pies a la hora de poner orden en la escena o más bien entorpeciendo la labor de la ONU, utilizando su injusto poder de veto en más de cuarenta oportunidades en las que se condenaba a Israel. La última, el pasado 08 de diciembre de 2023, cuando el Consejo de Seguridad, impulsado por Antonio Guterres, votó una resolución de alto el fuego, por mayoría (13 votos a favor, abstención de Reino Unido y negativa-veto de EEUU).

Ya es necesaria la intervención seria y decidida del Tribunal Penal Internacional ante los graves indicios de genocidio y terrorismo de estado, pero tampoco se aprecia una implicación seria como la hubo en la antigua Yugoslavia. En ese sentido, el que fuera primer fiscal del referido tribunal, Luis Moreno Ocampo, fue muy claro en declaraciones a la prensa: “Israel no puede convertir Gaza en un campo de exterminio” (El País – 23-oct-2023), con el significado que tiene para Israel la palabra “exterminio”.

En definitiva, queda siempre la impresión de que Israel tiene hasta ahora carta blanca para actuar de manera arbitraria y sin consecuencias. ¿Hasta cuándo? Difícil de predecir.

Finalmente cabe preguntarse si interesa la paz a ambas naciones, porque ahora mantienen la unidad interna frene al agresor exterior. Pero luego: ¿cómo llegarían a controlar a los extremistas que tienen dentro?

Si bien en esta era, la mayoría de la sociedad occidental ya comparte los conceptos de civilización y paz, desgraciadamente en las sociedades palestino-israelí, marcan los destinos personas que viven dos mil años atrás, aferrados a la ley del talión en su aspecto de barbarie vengativa y como bien dijera Gandhi: “tanto ojo por ojo, se van a quedar todos ciegos”.

 

En el siguiente enlace de You Tube, se puede ver la recepción del Premio Wolf , por parte de Daniel Baremboim en el que destaca su posición frente al conflicto y la reacción que genera en los representantes de la ortodoxia belicista:

 

(*) Merece la pena mencionar un estudio de María Pilar Llorens, que expresa acerca de la: “fórmula “la victoria no da derechos” que constituye una construcción jurídica que fue perfilándose con el accionar diplomático de (*) Mariano Varela, el Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina de Domingo F. Sarmiento (1869), durante las fases finales de la Guerra de la Triple Alianza …..  de producirse un conflicto armado, cualquier ventaja territorial que se obtenga no será legal y como consecuencia de ello, los terceros Estados se encontrarán obligados a no reconocerla. A través de su escrito, la autora fundamenta que la doctrina Varela es reconocida como internacional.

https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/133690/CONICET_Digital_Nro.e151653e-7c17-4492-818f-268067ca61f5_B.pdf?sequence=5&isAllowed=y

SEVILLA, 15 de diciembre de 2023.

Eduardo Yaglian Steiner

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Ingeniero Agrónomo por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) -
Vicepresidende de la Fundacion ProDTI -
Ex Profesor del Departamento de Tecnología Electrónica de la Universidad de Sevilla -
Grupo de Investigación: Instrumentación Electrónica y Aplicaciones
-
Situación profesional: Asistente Honorario del Departamento de Tecnología Electrónica -

https://investigacion.us.es/sisius/sis_showpub.php?idpers=6504