Editorial 14

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Se hace complicado tratar de analizar editorialmente la situación que nos toca enfrentar, teniendo en cuenta la complejidad de las circunstancias, cambiantes a cada momento. Comenzamos a escribir estas líneas el día en que debe empezar a tratarse el polémico proyecto de ley de impuesto a la riqueza, impulsado por el oficialismo y objetado por la oposición y varias cámaras económicas que plantean desde ya una probable rebelión fiscal y seguramente la judicialización del tema.

Paralelamente, mientras sesiona la Cámara de Diputados y se estima que el debate del intencionado proyecto se prolongará hasta la madrugada del miércoles, se desarrolla una movilización callejera de la militancia peronista (hoy es el día de la militancia) convocada por el propio gobierno, cada una por separado, la gente de Moyano, y dirigentes de otras organizaciones gremiales, para apoyar el mentado “impuesto a los ricos”. No extraña la información de que en gran cantidad, los concurrentes han sido llevados a la manifestación en micros del transporte escolar (¿Quién los paga?), como tampoco extraña otra contradicción del presidente, quien alentó y elogió con entusiasmo esta concentración callejera de una multitud que lógicamente, en el amontonamiento, no podía respetar los cuidados que exige la pandemia, olvidando las reiteradas acusaciones que formulara a quienes participaron en las últimas semanas en las marchas populares de protesta, reprochándoles la irresponsabilidad por los peligros de contagio que ellas implican.

Finalmente, en la mañana de hoy, miércoles 18, Diputados dio media sanción al proyecto, lo que desató  una serie de opiniones encontradas, críticas y apoyos, que en este momento no tiene sentido detallar. Lo que podemos afirmar es que la situación es crítica. El propio ministro de Desarrollo lo sostuvo anoche en declaraciones a la prensa. Es crítica en el área sanitaria, en la económica, en la social y en la institucional, en la que son numerosos los casos de menosprecio y agravio a la Constitución, como por ejemplo el inconsulto cierre de límites provinciales, como si fueran fronteras de países distintos, que ha producido inauditas situaciones a miles de personas que no pueden volver a sus casas y hace meses que esperan no saben qué, acampadas a la vera de los caminos, estando a escasa distancia de sus domicilios, por capricho del señor feudal gobernador de la Provincia, tal el caso de Formosa, donde ya se han producido trágicas historias personales.

Todo causa una grave sensación de incertidumbre. Desde los anuncios confusos sobre las vacunas y el momento en que comenzarán a aplicarse, hasta la frialdad de las relaciones entre Alberto y Cristina; desde el fallo de la Corte sobre el traslado de jueces hasta el dictamen de la “Comisión Beraldi” sobre la designación de Procurador General y el tipo de mayoría que se requeriría para ello. Sobre aquel fallo de la Corte, que se esperaba fuera contundente de conformidad con su propia jurisprudencia, resultó un fallo que el destacado y reconocido periodista Alconada Mon calificó como “uno de esos fallos sistémicos, que determina el reparto de las pérdidas”. (“Lo que viene es horrible”, agregó Alconada). Y en cuanto al dictamen de la mayoría de la mencionada comisión asesora, que favorece los intentos de CFK para lograr su impunidad y la de su familia en las causas que los incriminan, es de hacer notar que un grupo muy numeroso de fiscales la ha calificado como un retroceso.

En verdad, hoy estamos enredados en los errores de la cuarentena más larga el mundo, y en lugar de buscar las mejores soluciones para una salida lo menos traumática posible, se insiste en relatos acusatorios, en endilgar las culpas a los otros, en anuncios contradictorios. “¿Y si se decidieran por gobernar?”, preguntó alguien en su momento. Lo cierto es que todo está absolutamente politizado en el peor sentido de la palabra: en el sentido netamente electoralista. Anuncios efectistas, decisiones que buscan eficacia electoral más que eficiencia para superar la crisis (también en ciertos actos de la oposición).

Mencionamos estos casos solo como ejemplo. Reiteramos que no entraremos en el análisis detallado de ellos ni de tantos otros que ni siquiera referimos por cuanto toda esta compleja realidad seguramente se habrá modificado, resuelto en un sentido u otro cuando estas opiniones aparezcan publicadas. Pero hay algo que no podemos dejar de considerar por su importancia, por la trascendencia del daño causado y que sigue causando sin que se vislumbre intención alguna de morigerarlo por parte de las autoridades pertinentes: el cierre total de las escuelas y la insistencia en esa tesitura.

Organismos internacionales como la OMS y UNICEF, advierten vehementemente sobre la importancia de que la educación no se interrumpa, y que, con los protocolos correspondientes, las aulas permanezcan abiertas para el dictado de clases presenciales. Advierten también sobre el daño irreparable que causa en toda una generación de niños, adolescentes y jóvenes la falta de esa actividad. Europa, que en estos momentos está soportando una cruda segunda ola de la pandemia, que ha debido volver a disposiciones restrictivas, no ha cerrado sin embargo las escuelas, salvo en algunos casos por muy breve tiempo. Está demostrado que el peligro de contagio por esa actividad educativa es casi nula. Entre nosotros, en estos días, innumerables personalidades del ámbito intelectual, científico, docente y de la cultura en general se han pronunciado a favor de la apertura, con datos, argumentos y análisis irrefutables que no es necesario repetir, y han planteado agudas incongruencias como el señalamiento de que se autoriza la apertura de actividades acaso superfluas y hasta nocivas, mientras se mantienen cerradas las aulas.

Son numerosas las opiniones que merecen recordarse aquí, pero en aras de la brevedad indispensable de estas reflexiones y teniendo en cuenta que han sido suficientemente divulgadas, solo formularemos alguna referencia a dos juicios que estimamos tienen especial significación.

En primer lugar, el del profesor francés Francis Barle (docente y gremialista), residente en París, quien, al enterarse por un amigo argentino con quien mantiene permanente contacto, lo que ocurre en nuestro país con respecto al problema de la educación, declaró: “que los chicos no vayan a la escuela por tanto tiempo, en especial los chicos más desfavorecidos, es una catástrofe (…) Estoy convencido de que cuando los pibes no van a la escuela es terrible, eso ahonda las desigualdades”.

Asimismo, el de la escritora Pola Oloixarac, publicado en La Nación, referido al ministro Trotta, quien en mayo aseveró que no habrá clases hasta que llegue la vacuna y en noviembre aún mantiene una posición de indiferencia y ni siquiera por pensar cómo sería la vuelta a la escuela cuando ello ocurra. Dijo la destacada escritora: “Trotta parecería pasivo, ausente; (…) pero su función es impedir. La administración de Alberto Fernández se apoya en pilares encargados de frenar: la vuelta de los niños a las aulas (Trotta); las sesiones presenciales del Congreso (Massa); la libre circulación (Wado). En este esquema de tenazas y embestidas debe comprenderse el arte estático de Trotta, que se revela como un trabajador esencial de la ignorancia en la Argentina. (…) La catástrofe educativa está a la vista. Un millón y medio de niños han perdido todo contacto con la escuela. Muchos de ellos para siempre. Se abren casinos, gimnasios, cines y teatros pero las escuelas siguen cerradas”.

Ponemos al alcance del lector estos juicios, fundamentalmente con el propósito de inducirlo a meditarlos en profundidad, y adoptar su libre posición sobre el problema con absoluta consciencia de la proyección que implica para el futuro de la Nación.

La Dirección

Publicado en la revista nº 14 – Editorial Brujas. Córdoba. Argentina.

Mario Argüello

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Mario ARGÜELLO, nació en Córdoba, el 14 de abril de 1931. Cursó estudios secundarios en el Colegio Nacional de Monserrat, del que egresó como Bachiller Humanista y obtuvo el título de Profesor de Castellano, Literatura y Latín para la Enseñanza Superior, en la Escuela Superior de Lenguas (hoy Facultad de Lenguas) de la Universidad Nacional e Córdoba. Se ha desempeñado como profesor de Literatura Preceptiva y de Literatura Española en el Colegio Monserrat.
Ejerció el periodismo como redactor-lector del Servicio Informativo de LV3, Radio Córdoba, y se han publicado colaboraciones suyas en diarios y revistas del país como La Prensa, La Voz del Interior, La Gaceta de Tucumán, Tiempo de Córdoba, La Vanguardia, Bohemia y Figura, Laurel, Asueto, entre otras.
Ha publicado los libros de poemas: Aire amanecido (1961), El viento en las uvas (1981), Desde el otoño (2006), y De ayer y de hoy (2017) y la plaqueta “Al borde del ocaso” (2011). Poemas de silencio, de 1973, y Entre el vivir y el soñar, que obtuvo el segundo Premio Municipal de Poesía “Luis de Tejeda” en 1980, quedaron inéditos, aunque sus poemas integraron libros posteriores. Otras publicaciones: La poesía, lugar de reunión en Alejandro Nicotra (1981), Del Monserrat a Montserrat (1993), Detrás de la palabra (2000). El hombre y su dignidad (folleto – 1976). Narrativa: Cuentos leves y extraordinarios ( dos ediciones – 1997 y 2008); El envés de las sombras (novela - 2013).
Ha dictado cursillos y conferencias, y participado en lecturas de poemas en numerosas instituciones culturales del país y del extranjero.