En el año 2021, una parte de la prensa estadounidense se inventó una nueva polémica:
“Blancanieves…” estuvo bajo la lupa de algunos revisionistas y se llegó a proponer cancelar la escena del beso del príncipe a la protagonista por “no estar consentido”.
El medio SFGate, la edición digital del “San Francisco Chronicle”, tras visitar las instalaciones de Disneylandia en Anaheim (California), declaró en sus redes sociales:
“Blancanieves está dormida y, por lo tanto, el beso no fue consensuado. No puede ser
amor verdadero si solo una persona sabe lo que está sucediendo”.
La opinión fue lanzada por las periodistas Julie Tremaine y Katie Dowd. Pero tal vez la parte más interesante de la controversia se dio con la reacción de algunas personas, que inmediatamente propusieron desde las redes sociales escenas alternativas y “políticamente más aceptables”.
#SnowWhiteandtheSevenDwarfs
Parece una auténtica tontería. Es más, creo que esta polémica es sólo una tontería. Como también creo que, cuando durante generaciones, las 24h del día de las mujeres se iban en amamantar y hacer lo que ahora hacen los electrodomésticos, pues tal vez fuera, más que aceptado, incluso ilusionante, el que un príncipe con un beso no consentido, te devolviera la vida… pero porque era un príncipe y tú una princesa que no iba a fregar el suelo de rodillas en vez de usar un robot y fregona que hasta se exprime sola. Ni lavar la ropa en la tabla y la palangana en vez de en lavarropas automático con control digital. Y todos los días, porque había la muda puesta y la quitada. Ni ir a buscar agua a la fuente porque hay agua corriente. Ni ir a hacer los mandados todos días en vez de entrar en internet y pedir para la semana, porque no había dónde conservar los alimentos, qué lejos una heladera eléctrica.
Pero cuando nos han criado, a nosotras y a ellos, con los cuentos en los que este beso no consentido nos devuelve la vida así, porque sí, no una vida fácil para quien la quiera porque el chaval es príncipe de los de antes, de los de rascarse hasta que le salgan callos, y la tecnología nos regala el tiempo que nos permite a nosotras tener una vida como la de ellos, la de una persona y no la de una mula de carga, al salir tanto ellos como nosotras del cascarón, colapsan la prehistoria con la tecnología y a quien atropellan en medio es a nosotras siempre… a nosotras.
Se nos abren los ojos ante un mundo lleno de oportunidades: el juguete que siempre quise y nunca me negaron, porque nunca lo pedí, era una pelota para jugar al fútbol: yo no la pedía porque ninguna niña tenía y así aprendías que era cosa de niños…
En los grandes cambios de estos tiempos, algunos de ellos no son capaces de ver que, con esos cambios, ganan una compañera en vez de una criada y una puta. No ven que está contigo porque te quiere a ti y no porque necesite a alguien.
Algunos de ellos entornan los ojos y sólo vislumbran su pérdida de privilegios respecto a sus antecesores: quedarse sin la criada y la puta a cambio de techo y comida, mientras hacían lo que querían o lo que les daba de sí la cartera.
Desde el polo opuesto, la soltería masculina siempre se ha percibido como una elección y la femenina como una maldición… ay, la educación es mucho más que ir al colegio. Fundamentalmente, el resto de horas del día: lo que ves de pequeño y no te explican, lo hilvanas de algún modo y se crece taaan equivocado por la falta de información, ahora tapada con sobreexposición a demasiada información, cuando no se está preparado para discriminar en absoluto qué te interesa creer…
Yo no te elijo a ti porque seas el más bello, simpático, inteligente y rico que conozco… Siempre podría encontrar a alguien más bello, simpático, inteligente y rico que tú, y dedicarte mi tiempo hoy, sería optar por desperdiciar mis alternativas de mañana. Tampoco te elijo por sentirme mayor y convencerme de que ya no tengo el tiempo suficiente para encontrar a ese más bello, simpático, inteligente y rico que tú, y decidir conformarme contigo. Conformarme con pájaro en mano.
Yo te elijo a ti porque te conozco. Y tanto por ello como a pesar de ello, te quiero: cuando disfruto te quiero conmigo tanto como que me acojan tus brazos cuando sufro. Porque crecemos juntos, aprendemos juntos, reímos juntos, lloramos juntos, nos enfadamos y nos reconciliamos juntos, que en soledad no se puede. Nos conocemos, nos queremos y nos amamos. Y solo por todo eso, tú puedes robarme todos los besos que quieras, dormida o despierta. Tú puedes porque ya te di todo mi consentimiento y por el camino no has hecho nada para retirártelo.
De verdad prefieres a una desconocida Blancanieves, que será feliz y comerá perdiz contigo porque se pasó media vida durmiendo y sintió que te debía gratitud por despertarla, que no por besarla sin su consentimiento? O estás de acuerdo con Juan Carlos Aragón en su pasodoble de la chirigota de Cádiz de 1999, Los Yesterday?
Cuando en una pasarela,
aparece una modelo,
con chaqué de lentejuelas,
y falda de terciopelo,
con andares impecables
y perfumes de chaneles,
me entran ganas de preguntarle,
¿tú de qué comparsa eres?
Son fantásticas divinas,
de plástico y silicona,
son igual de femeninas
que el palo de una fregona.
Se entregan apasionadas
a los hombres gilipollas
porque están enamoradas
del dinero y de las joyas.
Yo prefiero seguir buscando
los defectos y los encantos
de una dama golfa y valiente,
verdadera como la guerra,
despeinada como la tierra
y canalla como la gente.
Yo prefiero una compañera
perfumada con la madera,
con el cuero y con la palabra.
Hembra,
una mujer para mi debe ser
mucho más
que una hembra,
que desprecie la corbata y el Chanel,
el dinero y la mentira.
Sólo por esa mujer
valdrá mi muerte más que mi vida
https://youtu.be/q6DdWvVDXK4?si=q3rtJ_6jwl5dxDEG
Juan Carlos Aragón Becerra (Cadiz, 1967-2019), filósofo, profesor, poeta, trovador y músico, autor de más de 40 comparsas y chirigotas del Carnaval de Cádiz, constituye junto a Antonio Martínez Ares (Cádiz, 1967) cantautor, músico y compositor, y ganador de las 3 últimas ediciones del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, la renovación de la comparsa en el siglo XXI, unificando nostalgia y actualidad.
Ambos defienden a ultranza en sus letras el amor a su ciudad tanto como la reivindicación de todo tipo de igualdades, siendo por tanto abanderados de un feminismo que persigue la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. No entendida como permiso para que princesas besen a señores dormidos sin su consentimiento, sino entendida como la necesidad de consenso y claras reglas del juego desde el minuto uno entre las partes de cualquier relación de a dos para su buen funcionamiento. Ya sea laboral, familiar, amistosa, erótica y, cómo no, en una relación sentimental.